lunes, 20 de abril de 2009

Prólogo

Prólogo
Ante ella se alzaba aquel precioso castillo medieval. Tras unos minutos el coche se detuvo en el aparcamiento, donde docenas de jóvenes se despedían de sus padres y entraban dentro del castillo, arrastrando tras de si sus pesadas maletas. Sara se mordió el labio inferior. Delante de sus ojos estaba la Center World School: una carísima y exclusiva institución para niños ricos. Con los ingresos de sus padres jamás habría podido entrar en ella, pero con la beca sí. Solamente se habían repartido cinco en todo el mundo. Y ella era una de las “afortunadas”. Sara no quería ir a estudiar allí, pero al final sus padres la convencieron de que era lo mejor para su futuro, de que los jóvenes que salían de allí eran unos triunfadores. Así que al final aceptó. Se despidió de sus padres sin lloros, ya que ya había llorado toda la noche y durante el viaje. No los iba a volver a ver hasta el verano. Todo el curso de primero de bachillerato estaría internada.
Sus padres arrancaron y se fueron por donde habían llegado. Sara cogió sus dos maletas y se dirigió hacia la entrada. Vio a una chica rubia, aunque ella estaba segura que de bote, saliendo de una limusina de color rosa palo. Se quitó las gafas de sol de DKNY y chasqueó los dedos para que un hombre, Sara supuso que era su mayordomo, le sacase las maletas del maletero. ¡Cinco maletas sacó el pobre hombre! Mientras tanto la chica rubia de bote, se había enrollado alrededor del cuello un pañuelo rosa. Sonrió cuando vio a una chica castaña.
-¡Mirela! - la llamó.
La chica llegó al trote y la saludó:
-¡Alexa!
Las dos se dieron dos besos, pero sin llegar a tocarse. Se cogieron del meñique y se quedaron mirando el castillo, empanadas. Suspiraron y dijeron a la vez:
-Por fin en casa.
Siguió andando, dejando atrás a las dos pijas ricas, comentando sus nuevos modelitos súper exclusivos. Se fijó en que había muchísimos chicos guapos, pero también muchas chicas guapas. Los alumnos eran de todas las partes del mundo y todos llevaban ropa que parecía decir: caro, exclusivo, edición limitada… Todos los que habían llegado con sus padres se despedían pacíficamente y los que habían llegado solos iban a su aire. Sara se fijó en un cochazo negro, un precioso Mercedes. Una chica, toda vestida de negro, discutía a gritos con sus padres.
-¡Solo me habéis traído aquí porque no me queréis por casa! ¿No? Menudos padres.
-Te traemos aquí porque eres una maleducada, haber si te meten en cintura - le decía su madre.
-Claro. Pues podríais haberme llevado a un internado normalito. No a este de niñitos pijos y mimados.
-Da gracias que podemos pagarlo - decía su padre.
-Claro, el dinero de papa. Pues mira, mejor así. Así no tendré que veros el puto pelo en nueve meses y…
No siguió hablando. Su padre le había dado una bofetada. La chica cogió la funda de una guitarra, se la colgó a la espalda y después cogió sus dos maletas y se fue hacia la entrada. No sin antes gritarles a sus padres:
-¡Qué os jodan!
Sara se alejó de allí, sin duda aquella chica era de armas tomar. Se quedó en las escaleras sin decidirse a entrar.
-¡Ey, muñeca! ¿Quieres que te ayude con las maletas? - le preguntó un atractivo chico.
-Lo primero, tengo nombre. Y lo segundo, me harías un gran favor.
-Vale, monada. Yo soy Alexander, ¿y tú?
-Sara.
-Bonito nombre. Sara. Ven, te enseñaré donde te dicen la habitación que te ha sido asignada.
Alexander le ayudó con las maletas hasta una ventanilla en la que una mujer mayor le dio la llave de su habitación, la treinta y dos.
-Seguramente la compartas con una o dos chicas más - le comentó Alexander, mientras la acompañaba hasta su cuarto -. Ya hemos llegado, habitación treinta y dos. Bueno, ya nos veremos en clase, porque me has dicho que hacías el bachiller de sociales, ¿no?
-Sí, así es.
-Bueno, ya nos veremos, Sara. Por cierto, tres puertas más allá, esta mi habitación, la treinta y seis. Si quieres pásate algún día - añadió, levantando una ceja.
Cuando se fue, Sara entró en su habitación. Ya había una chica dentro. La chica era castaña, pero con unos inconfundibles rasgos orientales. Estaba terminando de vaciar su maleta.
-Hola - la saludó Sara -. Soy Sara, ¿y tú?
-Soy Shio-Lin. Esta es mi cama, este es mi armario, más te vale no tocar mis cosas y si ves un zapato de tacón en la puerta no entres.
-Ok. Oye, ¿sabes si va a venir otra chica?
-Sí.
Justo en ese instante entró al cuarto la chica que Sara había visto discutiendo con sus padres. Dejó las maletas junto a la cama y la guitarra encima.
-Soy Eva, hago el bachillerato tecnológico y punto, no contesto más preguntas.
Sara la miró, intimidada. Entre Eva y Shio-Lin no sabía si iba a poder encontrar amigas. Empezaba bien el curso.

Primeras imágenes







Breve resumen

Center World School es una prestigiosa escuela para niños ricos. Sus padres los mandan allí creyendo que saldrán siendo unos triunfadores, pero... Los jóvenes no tienen ningún control, campan a sus anchas, se comportan como salvajes: peleas, traiciones, sexo y hasta asesinatos.Si entras puedes salir triunfante o puedes salir muerto.Sara ha entrado en CWS gracias a una beca, ¿podrá salir?